La pérdida de la audición o sordera se define como una capacidad auditiva menor a 25 decibeles. La pérdida de audición puede ser leve, moderada o grave, y puede afectar a uno o ambos oídos.
Según los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud, más del 5% de la población mundial padece pérdida de audición discapacitante (432 millones de adultos y 34 millones de niños). Y estiman que para el 2050 más de 900 millones de personas – una de cada diez – padecerá pérdida de audición.
La pérdida de la audición puede ser adquirida o congénita, es decir desde el nacimiento. Las causas congénitas incluyen: rubéola congénita, sífilis u otras infecciones durante el embarazo; bajo peso al nacer; asfixia neonatal; uso inadecuado de ciertos medicamentos o ictericia grave durante el período neonatal. Las causas adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad y son las siguientes: enfermedades infecciosas como meningitis, sarampión y parotiditis; Otitis crónica; el uso de algunos medicamentos; traumatismos craneoencefálicos o de los oídos; exposición al ruido excesivo en entornos laborales o durante actividades recreativas; el envejecimiento; y la obstrucción del conducto auditivo producida por cerumen o cuerpos extraños.
Las personas con pérdida auditiva por lo general se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como ayuda audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos, así como los subtítulos. Para las personas con una pérdida de audición grave pueden ser útiles los implantes cocleares, y en estos casos se comunicarán a través del lenguaje de señas. La enseñanza del lenguaje de señas beneficiará a los niños con pérdida de audición, y los subtítulos y la interpretación al lenguaje de signos en la televisión facilitarán el acceso a la información.
Algunas estrategias para la prevención de la pérdida de la audición son:
- Vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia.
- Administrar refuerzos de la vacuna contra la rubéola a las adolescentes y las mujeres en edad reproductiva.
- Prevenir las infecciones en mujeres embarazadas.
- Acudir frecuentemente a consultas médicas con especialistas en Otorrinolaringología, especialmente en caso de infecciones auditivas.´
- No introducir ningún objeto en el canal auditivo, incluyendo hisopos de algodón. El lavado con hisopos se debe realizar sólo de forma externa.
- Reducir la exposición a ruidos fuertes (tanto en el trabajo como en las actividades recreativas).
- Evitar el uso de algunos medicamentos que puedan ser nocivos para la audición, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico.
Elaborado por: Dra. Lorena Hernández Eissa
Referencias:
1.- Organización Mundial de la Salud. Sordera y Pérdida de la Audición. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/deafness-and-hearing-loss
2.- Organización Panamericana de la salud. Día Mundial de la Audición. Disponible en: https://www.paho.org/es/campañas/dia-mundial-audicion-2020
3.- Organización Mundial de la Salud. Día Mundial de la Audición 2020, bajo el lema “Escucha de por vida”. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/events/detail/2020/03/03/default-calendar/world-hearing-day-2020-hearing-for-life