El trastorno bipolar es un gran problema de salud pública, ante el cual se enfrenta la población en pleno siglo XXI, llegando inclusive a ocupar, según la organización mundial de la salud (OMS), el sexto lugar en el índice de aparición, entre los diferentes trastornos médicos (Jara, Lana, Schneider y Lemos,2008).
A su vez, es importante recalcar que, la bipolaridad es una enfermedad psiquiátrica que, se observa a partir de alteraciones en el estado de ánimo en diferentes tiempos y de modo recurrente que, pasan de la manía (excesiva euforia, estado de alerta y exaltación) a la depresión (animo reducido, bajo interés en actividades cotidianas, sensación de cansancio, debilidad) y viceversa (Jara et al., 2008).
En el/los episodios maniacos o de hipomanía, se presentan diferentes síntomas, por al menos un periodo de tiempo de al menos una semana, todo o casi todo el tiempo como: ánimo elevado, irritabilidad, aumento excesivo y anormal en los niveles de actividad y energía, cambios en el comportamiento habitual, aumento en nivel de autoestima, sentimiento de grandeza, menor necesidad de dormir (el sujeto se siente descansado a pesar de haber dormido menos horas de las habituales), se encuentra excesivamente hablador y con mucha necesidad de conversar, manifiesta fuga de ideas (pierden la idea sobre lo que iban a decir), se distraen fácilmente, se centran excesivamente en un único objeto u actividad (amistades, trabajo, sexo, estudios), amplia participación en actividades que, podrían provocar consecuencias dolorosas como, el hacer compras en exceso, alto consumo de alcohol y otras sustancias, conductas sexuales de riesgo y diferentes apuestas entre otros. Es importante tomar en cuenta que, a diferencia de la manía, en la hipomanía, los sujetos se observan más funcionales, con mayor capacidad de llevar a cabo sus actividades y eficacia (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014).
En el/los episodios de depresión mayor, se suelen presentar cinco o más de los siguientes síntomas, por al menos un periodo de tiempo de aproximadamente dos semanas, todo o casi todo el tiempo como: estado de ánimo bajo o deprimido, desinterés en actividades que, antes resultaban placenteras, sentimiento y sensación de vacío y desesperanza, pérdida de peso u aumento del mismo, sin haber hecho cambios en la alimentación, aumento o disminución del apetito que resulte significativo, dificultad para dormir o exceso de sueño la mayor parte del tiempo, sensación de cansancio corporal y debilidad, fatiga, sentimientos de culpabilidad, percepción de ser inutilidad e incapacidad, autorreproche, dificultad para tomar diferentes decisiones , pensamientos e ideación sobre suicidio, sin necesariamente tener un plan sobre cómo se llevaría a cabo (DSM-5, 2014).
Es importante tomar en cuenta que, las causas por las cuales, el sujeto se encuentra así, no sean atribuibles a un desastre natural, la pérdida o duelo por algún tipo de relación o muerte de algún ser cercano, la perdida laboral, dificultades económicas, confinamiento, etc., (DSM-5, 2014).
Es importante que, si identificas que presentas estos síntomas o algún ser cercano a ti, contactes a un psiquiatra y un psicólogo para ser valorado.
Elaborado por: Galia Rajunov
Referencias
Asociación Americana de Psiquiatría, DSM-5. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5aEd). Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría.
Jara, M., Lana, K., Shneider, L. y Lemos, K., (2008). Trastornos bipolares. (Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina. (177),22–24.